Andalucía es arquitectura de luz y cal
La importancia de la luz y de la cal en la arquitectura andaluza
Quizás porque mi niñez
Sigue jugando en tu playa
Y escondido tras las cañas
Duerme mi primer amor
Llevo tu luz y tu olor
Por donde quiera que vaya
Y amontonado en tu arena
Guardo amor, juegos y penas
Toda persona española, o que lleve al menos unos años viviendo aquí, reconoce inmediatamente esta letra. Joan Manuel Serrat (vídeo aquí) recoge lo que todo niño ha vivido con el Mediterráneo. Llevo tu luz y tu olor por donde quiera que vaya, porque es algo muy nuestro.
Es cierto que las regiones más ligadas al Cantábrico o al Atlántico quizás no lo perciban de la misma forma. Y es que la península ibérica pese a ser tan pequeña si la comparamos con otros países, y más si no son europeos, es un crisol de culturas muy diferentes entre sí.
Cambian los paisajes, pero también la arquitectura, la fisonomía de las ciudades, las costumbres, la gastronomía, la artesanía o las tradiciones. En pocos kilómetros se producen cambios enormes. España es uno de los países en los que más cambios culturales se pueden encontrar a poca distancia. Se debe a su historia, a su geografía, y por eso siempre digo que España es un país que se debe visitar por regiones, en distintos viajes, que es un país para viajes recurrentes.
Pero hablaremos de estos temas en futuras publicaciones, porque incluso en la región de Andalucía, los cambios entre zonas, a nivel de acento, de costumbres, de tradiciones o de gastronomía, son reseñables y muy interesantes.
Volviendo a Serrat, los que estamos en la cuenca mediterránea conocemos, y tenemos en nuestra memoria grabado a fuego, el olor, la brisa y su luz en la retina. No en vano la luz en el Mediterráneo lo abarca todo. Moldea, resalta, se filtra o se concentra.
El ser humano ha construido la vida en torno a los ciclos de luz, también las tradiciones, los rituales y la arquitectura. Andalucía, junto al Magreb, concentra la mayor irradiancia global de la cuenca mediterránea.
¿Qué significa esto? Que la potencia de luz sobre una superficie es muchísimo mayor que en otro punto de Europa. Si a esto le sumamos el uso de la cal, los efectos de la luz y de cómo se utiliza en la arquitectura como un material más, nos dan como resultado edificios magníficos, singulares y ejemplares.
El noble uso de la cal en Andalucía
La luz de Andalucía está íntimamente ligada a la cal, en todas sus formas: enfoscados, encalados, morteros, estucos, enlucidos. Con la adoración del cemento y pinturas plásticas a lo largo del último siglo, hemos perdido mucho el uso de este material.
La principal diferencia es que la cal proviene de una roca caliza y es una materia prima natural frente al cemento que proviene de residuos de industria mezclados con aditivos.
Durante el tiempo de fraguado, la cal absorbe CO2 y como supone este proceso su re-transformación con características pétreas, a medida que pasa el tiempo, mejora su resistencia, mientras que el cemento las pierde. Además transpira, lo que hace que los materiales y la casa respiren también, y el cemento al no transpirar puede acumular más problemas en los interiores. Por su acidez es bactericida y biodegradable.
Se ha ido abandonando hasta tal extremo por el uso en general del cemento, que solo hay en Andalucía una empresa que siga trabajando la cal de forma tradicional y controlando su proceso, que no es fácil, y haciendo estucos y enfoscados de impresionante calidad. Es la empresa de Gordillo Cal de Morón.
Morón de la Frontera ha sido históricamente una de las grandes minas de piedra caliza en Andalucía, y sigue hoy siendo el reducto que defiende esta tradición. Morón fue reconocida en 2011 por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial porque la cal, su uso, su producción, los caleros y la arquitectura de cal, es parte de nuestra cultura sin lugar a dudas.
En Morón hay un museo dedicado a la cal que merece una visita. Descubriréis sus maravillas y sus beneficios. Aquí también os dejo la entrevista a esta empresa de Isidoro Gordillo porque es muy interesante.
El contraste entre el blanco de la cal, reflectando la luz, y las sombras tan remarcadamente negras, es muy característico. En otras latitudes no se ve esa gran diferencia, ni las sombras violáceas y azules que se producen por la reflexión de la cal, o los efectos al combinar la cal y el color del mar.
Y en Andalucía es donde estos contrastes son mucho más evidentes. Obviamente hay otros lugares en el Mediterráneo donde esto sucede, pero bueno, yo vengo a hablar de Andalucía, ¿verdad? :)
La cal es un material mágico y me gusta decir que poético, y lo digo porque lo creo de verdad. Llamo a la cal “polvo de estrellas”. A la piedra caliza se la somete a un proceso para obtener polvo, y cuando se aplica sabiamente (en el sinfín de opciones que hay), vuelve a tener características pétreas.
En la carrera de arquitectura cuando supe de ese proceso y de cómo se aplica la cal para que vuelva a transformarse en “piedra”, me quedé fascinada. Es pura poesía.
¿Os imagináis a aquellos seres humanos que se pusieron a darle golpes a una piedra de cal, vieron lo ácida que era, llegaron a la conclusión de que había que quemarla, después apagarla y entonces ya, al hacerla polvo, podían con agua aplicarla sobre un muro?



Es alquimia, fruto de la sabiduría de observar la naturaleza, de estudiar las propiedades, de pensar y de hacer. Los restos más antiguos que se conservan con un revestimiento de cal son los frescos de Catal Hüyük, que datan del sexto milenio antes de nuestra era.
Pero encontramos cal utilizada en palacios asirios, en templos egipcios y enlucidos maravillosos en Grecia. También se encuentra utilizado por los mayas y por los incas, por las primeras dinastías chinas y también en la India. Es un material universal. ¿Pero entonces por qué lo uno a Andalucía?
El perfecto romance entre la arquitectura, la cal y la luz andaluzas
En Andalucía este polvo de estrellas se une a la luz mediterránea, que produce contrastes y efectos iridiscentes, y a las formas arquitectónicas que utilizan la luz como otro material más.
Por eso las paredes enfoscadas de mortero de cal cabrillean con la luz, y tantos monumentos que tenemos en esta tierra tienen esa fulguración, esa cualidad de brillar.
Mi vieja historia es la pared. Yo vi la luz entre los blancos populares. Mi infancia fue un rectángulo de cal fresca, de viva cal con mi alegre solitaria sombra. Rafael Alberti.
La arquitectura histórica es consecuencia del lugar, pertenece al mismo y genera una identidad que es reconocible. Andalucía, por las características que comento, ha generado una arquitectura de luz: con la luz, para la luz y por la luz.
En otras publicaciones haré menciones más particulares y analizaremos espacios, pero ahora sobre todo lo que quiero es que cambiéis vuestra manera de ver Andalucía, incluso de ver el mundo.
Consiste en que miremos los paramentos y analicemos de qué material están hechos, veamos si están tratados con pintura plástica o de cal, con mortero de cemento o de cal, y apreciemos cómo cambia el espacio y la percepción con uno o con otro.
¿Cuáles son los paisajes de luz y distintas arquitecturas en Andalucía?
Los paisajes del desierto nos enseñan muchísimo sobre el uso de la cal y los volúmenes utilizados para contrarrestar el calor y el exceso de reflexión. Es paisaje donde encontramos tonos calizos de la tierra, el contraste con el azul del cielo que se acentúa también con los muros de cal, las sombras violáceas que se generan y los pequeños oasis verdes de las huertas.
Un paisaje de luz con arquitectura hecha desde el lugar. Son lugares como el altiplano de Granada, Guadix, Baza, Huéscar, Gorafe, Tabernas, Vélez Blanco, los pueblos por Cabo de Gata, Níjar, Rodalquilar y tantos otros pueblos que nos dan paisajes espectaculares con estos contrastes y la utilización sabia de la arquitectura en terrenos tan secos y cálidos.






Tenemos dos paisajes de litoral muy distintos si recorremos Mediterráneo o Atlántico. Podremos contemplar en la zona de Cádiz y Huelva, un entorno con una intensidad de luminosidad impresionante. Su paisaje atlántico es muy diferente y nos encontramos entornos con respuestas arquitectónicas adaptadas a estos lugares. Huelva, Moguer, Mazagón, Punta Umbría, Palos de la Frontera, Cádiz, Conil, Vejer, Zahara de los atunes o Tarifa, entre muchos otros, son una muestra de estos asentamientos.
Si nos vamos al Mediterráneo nos encontramos arquitecturas similares, pero paisajes diferentes. La flora también es otra, hasta llegar al desierto de Cabo de Gata. Marbella, Mijas, Málaga, Vélez Málaga, Maro, Nerja, Salobreña, Almuñécar, San José, Isleta del Moro y tantos pueblecitos y ciudades del mediterráneo en relación con la arquitectura tradicional de la cal.






En la baja Andalucía, nos encontramos la campiña, unos de los paisajes más andaluces y propios que se extienden por el valle del Guadalquivir. El elemento esencial arquitectónico en esta zona es el patio como el espacio donde la luz puede jugar como quiera en un diálogo maravilloso con la cal. Es fácil ver sombras que van desde el azul, al violeta o al gris intenso y marcado.
Es una zona tan extensa que son interminables los ejemplos que podríamos citar, desde la provincia de Jaén, Porcuna, Úbeda, Baeza, por la zona de Córdoba con Espejo, Montoro, o de Sevilla con Fuentes de Andalucía y de Cádiz. La campiña ocupa casi toda el valle del Guadalquivir y junto con la zona de montaña y serranía, son los paisajes más extensos de Andalucía.






Las marismas y vegas que nos encontramos en distintas zonas de Andalucía, generan también sus propias arquitecturas y su relación con la luz. Espacios que reflectan los rayos de sol, con múltiples tonos de verdes y reflexiones de la luz que son mágicas. Y poblaciones que tienen como denominador común la cal.
Desde Huelva con Doñana y el poblado del Rocío, pasando por Isla Mínima o Isla Mayor, las vegas del Guadalquivir que hay por Córdoba, Sevilla y Cádiz, o la Vega de Granada






Andalucía tiene el fuerte contraste entre el valle del Guadalquivir con su campiña, vegas y marismas y las zonas de montaña y serranías. La cal es siempre protagonista en estos pueblos y ciudades, desde la Alpujarra de Sierra Nevada a los pueblos blancos de la sierra de Grazalema, de Cazorla, de Aracena, de los Pedroches o de los Montes de Málaga.
Es imposible nombrar la cantidad de pueblos serranos que podemos encontrar y lo diferentes que pueden llegar a ser. Pero siempre, de una belleza indescriptible.






Andalucía se puede describir como la región donde el paisaje más rápidamente cambia de Europa. Del desierto a la alta montaña, de las campiñas de olivar a las marismas o huertos de frutales, de los pueblos de costa mediterránea a los de la atlántica. Una diversidad enorme, con arquitecturas diferentes pero con dos materiales en común: la luz y la cal, compañeras inseparables de nuestra Andalucía.
Si quieres organizar un viaje diferente y en el que puedas sumergirte en esta realidad de Andalucía saliéndote de los típicos circuitos andaluces, no dudes en consultarme.
Soy Blanca Espigares Rooney y el último miércoles de cada mes me va a encantar compartir contigo todo mi conocimiento sobre Andalucía.
Afortunadamente he vivido esa época en la que había encaladores que se anunciaban a la voz de "Ca pa encalá", pero como bien dices tiene múltiples usos como revestimiento residencial y además puede aplicarse cal viva también en los fondos de los estanques de arcilla entre cultivos con el fin de aumentar el pH y eliminar los organismos no deseados. El empleo de la cal viva como desinfectante debe contar con las protecciones correspondientes.